la Fundación Down Compostela

Buenas Prácticas

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Programa de mejora de la competencia digital de la Fundación Down Compostela

Aloia Lema Tilve

Coordinadora del Programa de Inclusión Social y Laboral. formacion@downcompostela.org

Resumen

Desde hace unos años, la sociedad ha experimentado un proceso de digitalización sin precedentes y la crisis sanitaria derivada de la pandemia de la covid-19 ha conseguido acelerar todavía más el proceso. Lo ha hecho, además, sin la preparación ni los conocimientos necesarios para muchas personas, pero consiguiendo también superar barreras y recelos.

La Fundación Down Compostela se ha propuesto, y está consiguiendo, mejorar las competencias digitales de las personas usuarias, reforzando así el proceso de inclusión social de las personas con síndrome de Down u otras discapacidades intelectuales, a través de la creación de distintos recursos y herramientas englobados en un proyecto digital novedoso y actual.

  1. ¿Quiénes somos?

La Fundación Down Compostela fue creada en el año 2006, continuando el camino iniciado por la Asociación Down Compostela en 1997. Tiene como objetivo prioritario la mejora de las condiciones y de la calidad de vida de las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales de la Comunidad Autónoma de Galicia, procurando su inclusión en todos los ámbitos y la consecución de una vida plena e independiente.

Siempre con atención a lo dispuesto en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, la Fundación enfoca todo su trabajo hacia un Servicio de Promoción de la Autonomía Personal, mediante el que presta una atención integral a todas sus personas usuarias, desde el momento de su nacimiento hasta la edad adulta, con un objetivo fundamental: asegurar su autonomía y la toma de sus propias decisiones.

La Fundación Down Compostela tiene como visión garantizar a las personas con síndrome de Down las mayores cotas de independencia y participación social, en la misma medida que el resto de la ciudadanía. El sentido principal de su existencia nace de la necesidad de establecer las medidas necesarias para garantizar la igualdad de oportunidades del colectivo a través de la provisión de servicios y actividades de las que están desprovistas en su ámbito.

Asimismo, la Fundación Down Compostela defiende los siguientes valores:

    • Dignidad y derechos de la persona: Las personas con síndrome de Down tienen los mismos derechos y deberes que las demás personas y, por tanto, deben recibir el mismo trato.
    • Respeto y valoración de la diversidad: Los tratados internacionales reconocen la necesidad de proteger la diversidad en toda la Unión Europea, luchando contra la discriminación por motivos de sexo, origen étnico o racial, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual.
    • No discriminación e igualdad de oportunidades: La política en materia de discapacidad ha de ir más allá de la prestación de servicios médicos y sociales para reducir las limitaciones funcionales y aumentar la autonomía personal.
    • Integración y normalización: Las personas con síndrome de Down no constituyen un grupo separado de la población, sino que son miembros de la comunidad y, por tanto, deben estudiar, trabajar y divertirse en los mismos lugares en que lo hacen las personas de su misma edad o, por lo menos, de la forma lo más parecida posible.
    • Participación: Las personas con síndrome de Down y sus familias son agentes activos que velan porque se promuevan los intereses de las personas pertenecientes al colectivo.

Desde su creación, la Fundación ha trabajado para que todas las personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales sean consideradas ciudadanas de pleno derecho, dotándolas de recursos y habilidades que les permitan contribuir y participar en la sociedad de la cual forman parte. De igual modo, la entidad busca sensibilizar y derribar las barreras existentes para que esta sociedad sea más accesible e inclusiva para con todos sus miembros.

  1. Punto de partida

En una sociedad cada vez más digitalizada, contar con un buen nivel de habilidades y competencias tecnológicas facilitará la autonomía y participación activa en la misma y, por este motivo, entendemos que la alfabetización digital que conlleva la mejora de la competencia en este campo es un instrumento más para reforzar los procesos de inclusión social.

Si la reflexión anterior la alineamos con el objeto de la Fundación Down Compostela, que es el de “promover la realización de todas cuantas actividades contribuyan a mejorar las condiciones y la calidad de vida de las personas con Síndrome de Down, procurando su plena integración familiar, escolar, social y laboral y el desarrollo de una vida normal en un marco de solidaridad respeto de otras discapacidades”, tenemos el punto de partida de este proyecto. Este punto de partida encontró en marzo de 2020 un escenario que supuso la reafirmación de este planteamiento: la necesidad de proponer e implementar una intervención específica para mejorar de la competencia digital de las personas usuarias de la Entidad en todas sus dimensiones, con el objetivo de disminuir su brecha digital.

Precisamente, brecha digital es el término clave para entender la propuesta que se describe y resulta fundamental tener presente su carácter multidimensional. En el camino que hemos recorrido durante el último año, nos lo hemos encontrado en sus múltiples presentaciones.

La brecha digital se define como la separación entre personas, comunidades o países que utilizan las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) como parte de su rutina diaria frente a aquellas otras que no tienen acceso a las mismas, o bien no saben utilizarlas. Atendiendo a esta definición, cuando hablamos de afrontar esta realidad social general –que resulta especialmente relevante entre el colectivo de personas con discapacidad intelectual–, es necesario tener en cuenta tres dimensiones del concepto, interdependientes entre sí:

  • Infraestructura tecnológica: incluye la posibilidad de disponer de soportes tecnológicos (teléfonos móviles, tabletas, equipos informáticos, etc.)
  • Accesibilidad tecnológica: la posibilidad de disponer de acceso a internet, a datos móviles o cualquier otro canal que permita la conexión.
  • Habilidades tecnológicas o competencia digital, es decir, la capacidad de las personas para el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la empleabilidad, el aprendizaje, el uso del tiempo libre, la inclusión y la participación en la sociedad.

Al aproximarnos a la definición del término competencia digital, podemos intuir que se trata de un concepto que, a su vez, se compone de diferentes dimensiones. Al igual que Area (2009), consideramos que estas dimensiones son las siguientes:

  • Dimensión instrumental: la referida al dominio técnico o instrumental de la tecnología, a las habilidades para el uso del hardware y del software. Se contemplan aquí aspectos como: encendido de un equipo, instalación, utilización de dispositivos periféricos, uso de procesadores de texto, tratamiento de imagen, navegación por internet…
  • Dimensión cognitiva: aquella relativa a la adquisición de los conocimientos y habilidades específicas que permiten realizar búsquedas, seleccionar, analizar, comprender y recrear la información a la que se accede a través de las nuevas tecnologías, así como también comunicarse con otras personas mediante los recursos digitales.
    • Dicho de otra forma, esta dimensión aborda el aprendizaje para la utilización de forma inteligente de la información, tanto para acceder a la misma como a recrearla y difundirla a través de distintas modalidades simbólicas y mediante distintas fuentes y recursos digitales.
  • Dimensión actitudinal: aquella relativa al desarrollo de un conjunto de actitudes hacia la tecnología, buscando un equilibrio entre no caer en un posicionamiento tecnofóbico (es decir, que se rechace sistemáticamente las nuevas tecnologías) ni en una actitud de aceptación sumisa y falta de crítica.
    • También supone adquirir y desarrollar normas de comportamiento que impliquen una actitud social positiva hacia los demás, como puede ser el trabajo colaborativo, el respeto y la empatía.
  • Dimensión axiológica: está relacionada con la toma de conciencia de que las tecnologías de la información y comunicación no son asépticas ni neutrales desde un punto de vista social, sino que éstas inciden significativamente en el entorno cultural y político de nuestra sociedad, así como a la adquisición de valores y criterios éticos con relación al uso de la información y de la tecnología evitando conductas de comunicación socialmente negativas.

Siendo conocedores de que la competencia digital en la sociedad actual es un pilar importante del proceso de inclusión sociolaboral, la Fundación Down Compostela lleva años trabajando en su mejora, inicialmente a través del Programa de Nuevas Tecnologías (en el marco del Área Complementaria) y de forma transversal en el resto de las actividades que componen el catálogo de Programas de la Fundación. Sin embargo, la Declaración del Estado de Alarma el 14 de marzo de 2020 por parte del Gobierno Central, como consecuencia de la evolución de la crisis sanitaria provocada por la covid-19, supuso un punto de inflexión en la manera de relacionarnos, de trabajar y, por tanto, de organizar la dinámica de intervención de la Entidad.

La declaración de situación de Estado de Alarma implicó la implantación de una serie de medidas de confinamiento progresivo de la población dirigidas a reducir el ritmo de contagios y que supusieron la disminución de los contactos interpersonales, la reducción de los desplazamientos a los estrictamente necesarios o la suspensión de actividades productivas, recreativas, laborales o docentes, entre otras.

En este nuevo contexto, la Fundación Down Compostela, en reunión conjunta de la comisión ejecutiva y del equipo técnico celebrada el día 16 de marzo de 2020 y en coherencia con las indicaciones publicadas por la Consellería de Política Social a través del “Protocolo conjunto de la Consellería de Política Social y Sanidad para los centros de Servicios Sociales como consecuencia de la evolución del Coronavirus (covid-19)”, adoptó una serie de medidas que implicaron un cambio muy relevante y  un reto al que ni la sociedad en general, ni la Entidad en particular, se había enfrentado antes.

 Inicialmente, las medidas adoptadas se estructuraron en torno a tres grandes líneas:

  • Suspender la actividad de atención presencial de las personas usuarias del Servicio de Promoción de la Autonomía Personal (SEPAP) inicialmente durante 14 días, a los que se fueron uniendo las sucesivas prórrogas que nos llevaron hasta el 21 de junio de 2020 con la finalización del proceso de desescalada, que concretamente en Galicia se completó el 15 de junio.
  • Habilitar la opción de teletrabajo para el equipo técnico de la Entidad.
  • Diseñar estrategias de atención a las personas usuarias y a sus familias en las diferentes Áreas y Programas de la Entidad en este nuevo contexto para tratar de dar continuidad al trabajo que se estaba llevando a cabo.

Estas tres líneas supusieron el inicio de un camino nuevo en el que el equipo técnico y las familias tuvimos que hacer importantes cambios, tanto en la forma de planificar e interactuar como en las prioridades y metas esperadas.

En un escenario nunca abordado hasta el momento, tuvimos que parar y reflexionar sobre cómo hacer frente y dedicar mucho tiempo a coordinarnos, a analizar las necesidades que iban apareciendo, a plantear respuestas a las dificultades que íbamos encontrando y a buscar soluciones, con más o menos acierto, a todos y cada uno de esos retos.

La experiencia que se recoge en esta buena práctica está relacionada, fundamentalmente, con la atención e intervención llevada a cabo desde el Área de Formación y Empleo y, más concretamente, en el marco del Programa de Inclusión Social y Laboral de la Fundación.

El Programa de Inclusión Social y Laboral conforma, junto con el de Empleo con Apoyo, el Área de Formación y Empleo, incluida en el catálogo de programas de la Entidad de la que forman parte aquellas personas mayores de 16 años con la etapa escolar obligatoria finalizada.

El objetivo que persigue este programa es el de brindar los apoyos que cada persona necesita para favorecer la autodeterminación, no discriminación e igualdad de oportunidades, inclusión social y laboral y participación social activa.

En el marco de este programa se definen diferentes actuaciones que tratan de dar respuesta a las necesidades de las personas en su etapa adulta. Las actuaciones más relevantes son:

  • El refuerzo de las habilidades básicas y polivalentes
  • Las acciones de formación laboral en un perfil profesional determinado
  • Las acciones de formación en el puesto. Experiencias de formación práctica en empresa ordinaria bajo la metodología de empleo con apoyo.
  1. Descripción de la iniciativa y despliegue operativo

En el recorrido del proyecto, hasta el momento podemos diferenciar 3 etapas fundamentales cuyos aspectos más relevantes se describen a continuación.

3.1. Análisis de la realidad digital

El inicio del Estado de Alarma supuso parar, reflexionar y analizar realidades y posibilidades para llegar a personas usuarias y familias en un escenario de confinamiento domiciliario para el que no hubo tiempo de prepararse.

La primera respuesta fue acompañarlas a través de las redes sociales, por medio del planteamiento de actividades lúdicas con la iniciativa Temos un plan!, que diariamente proponía un reto, actividad o desafío para pasar un rato divertido o en familia.

Temos un plan!, reto diario

la Fundación Down Compostela

Banco de recursos en la nube

Escaneo de códigos QR

Estimulación cognitiva NeuronUp

Estimulación cognitiva NeuronUp

“Google classroom”

“Google classroom”

8 cuentan con su propio espacio de trabajo.

8 cuentan con su propio espacio de trabajo.

Actividades basadas en juego y/o gamificadas

actividades basadas en juego y/o gamificadas (kahoot, genially, wordwall,...)

Grupo Qr

Grupo QR

En paralelo a esta actividad, la creación de grupos de Whatsapp –para los diferentes grupos de trabajo de formación de adultos– y un banco de recursos en la nube a través de la herramienta One Drive, sirvió para dar respuesta a las necesidades de personas usuarias y continuidad a los proyectos en marcha en ese momento.

En este nuevo escenario nos encontramos rápidamente con las diferentes caras de la brecha digital. Esto nos llevó a frenar y repensar la hoja de ruta, movilizando repuestas inmediatas para resolver a corto plazo y reflexionando respuestas más a largo plazo para compensar las desigualdades detectadas.

El papel y las llamadas de teléfono fueron las alternativas más efectivas como respuestas inmediatas a las situaciones más complejas. Como respuesta a medio y largo plazo, se optó por iniciar el camino hacia la creación de un espacio virtual de trabajo al que las personas usuarias del programa pudiesen acceder de forma autónoma para interactuar con sus profesionales de referencia y con sus compañeros y compañeras, contando con los soportes necesarios para poder hacerlo en las mejores condiciones posibles.

3.2. Búsqueda de vías de financiación y colaboración para la adquisición y mejora de los recursos tecnológicos de la Fundación

Ante la incertidumbre de no saber el tiempo que se iba a prolongar la situación, uno de los primeros pasos a abordar para dar una respuesta lo más ajustada posible a las nuevas necesidades y poder continuar prestando apoyo a las personas con discapacidad intelectual era mejorar el equipamiento y herramientas tecnológicas, mejora que permitiese prestar una atención a distancia con la mayor calidad posible. Para ello fue preciso, además de aportar recursos y fondos propios, buscar líneas de financiación para la adquisición y mejora del equipamiento tecnológico de la Fundación.

Organismos como el Instituto Galego de Promoción Económica (Igape), Down España, la Consellería de Política Social, Down Galicia o Carrefour, a través de diferentes programas, líneas de ayuda de concurrencia o donaciones, han permitido adquirir ordenadores, webcams, licencias de Microsoft Office o herramientas de videollamada. Esto nos ha permitido, por un lado, dar continuidad a la atención a distancia de las personas usuarias con mayor calidad y, por otro, contar con un pequeño banco de recursos de préstamo para aquellas personas en las que la brecha digital se manifestaba predominantemente por carencia de infraestructura tecnológica.

Abordada esta segunda etapa, llegó el momento de adentrarse en la tercera, en la que continuamos trabajando actualmente.

3.3. Préstamo de recursos y diseño de estrategias de mejora de la competencia digital

Tras mejorar el equipamiento tecnológico de la Fundación, que cuenta con un pequeño banco de dispositivos que presta a las personas usuarias para que participen en las actividades del programa y se mantengan en contacto con el equipo técnico, tocó afrontar el reto más complejo: diseñar estrategias para mejorar las habilidades tecnológicas de las personas implicadas en el proyecto (profesionales, personas usuarias y familias) en sus dimensiones instrumental, cognitiva, actitudinal y axiológica.

¿Cómo afrontamos este reto en los diferentes grupos de interés?

3.3.1. Formación del equipo técnico

A través de reuniones periódicas de coordinación, muchas ganas de buscar alternativas en un contexto complejo y la búsqueda autodidacta de recursos, combinada con propuestas formativas ofertadas a través del sistema de formación de profesionales, se logró:

  • La aproximación y/o manejo de diferentes soportes de comunicación (Skype, Zoom, Teams, Meet, …) a través de:
    • Sesiones formativas
    • Elaboración de manuales de acceso y uso de las más
  • La adquisición y manejo de licencias de herramientas de creación de contenidos digitales (Kahoot, Genially, Wordwall,…)
  • La generación y escaneo de códigos QR y sus posibilidades para el trabajo con las personas usuarias.
  • Análisis de diferentes formatos para la creación de un aula virtual y creación de la misma a través de Google Classroom
  • Adquisición y formación en el manejo de la plataforma de estimulación cognitiva

3.3.2. Asesoramiento y apoyo a familias

Durante la etapa de confinamiento domiciliario, este asesoramiento se realizó tanto a través de llamada telefónica como a través de videollamada.

En el proceso de desescalada, se reforzó el equipo de atención directa dedicando parte de la jornada de una de las personas del equipo a responder a las necesidades derivadas de la nueva realidad de la Fundación, dando apoyo y asistencia a las familias que lo demandaban. Este soporte consiste en:

  • Asesoramiento para el manejo de dispositivos tecnológicos e instalación de aplicaciones, recarga de batería, etc.
  • Apoyo para la creación de puntos de acceso WiFi a través de los datos del teléfono en aquellos casos en los que no había/hay internet en casa.
  • Creación de archivos o documentos de funcionamiento sin red para poder acompañar el proceso de confinamiento en los casos en los que no existía la posibilidad de disponer de ningún tipo de conexión para la instalación de aplicaciones. 

3.3.3. Formación específica para la mejora de la competencia tecnológica de las personas usuarias del programa

La experiencia de los años de intervención con el colectivo nos ha permitido saber que el modelo “Learning by doing”, una enseñanza basada en la acción y en el desarrollo de habilidades en un contexto real o, dicho de otra forma, “aprender a través de la práctica”, es una de las formas más efectivas de trabajo con el colectivo de personas con síndrome de Down u otra discapacidad intelectual. Centrarse en un contexto real y concreto facilita el proceso de enseñanza-aprendizaje de una manera natural.

Versionando una reflexión de Roger Shanck, activista de este método de enseñanza, la idea que persigue este proyecto es aprender de la experiencia, permitir la posibilidad de seguir la propia aventura.

Partiendo de estas ideas y tratando de cambiar el formato de trabajo tradicional de las acciones de formación relacionadas con la mejora de la competencia digital, se ha creado un aula virtual mediante la que iniciar el proceso.

Después de un análisis de algunas posibilidades, el soporte elegido fue Google classroom

Cada uno de los grupos de trabajo del Programa de Inclusión Social y Laboral, un total de 8 actualmente, cuenta con su propio espacio de trabajo.

Una primera etapa de toma de contacto, de múltiples aprendizajes instrumentales fueron dando paso a otros posteriores que en poco tiempo permitieron observar una mayor autonomía en el acceso y manejo de las diferentes herramientas de tal forma que actualmente escuchar podcast, realizar búsquedas de información para cumplimentar una tarea del tablón como alternativa o complemento al soporte tradicional en papel, manejar herramientas con propuestas de actividades basadas en juego y/o gamificadas (kahoot, genially, wordwall,…) se han convertido en algo cotidiano dentro de la dinámica de trabajo del programa, con una gran acogida por parte de los diferentes grupos de interés implicados.

  1. Impacto de la iniciativa y testimonios

Es necesario dejar constancia de que las personas implicadas en el proceso consideramos que, aunque es pronto todavía para valorar el impacto a medio y a largo plazo de la situación vivida y de la que no hemos salido, sabemos por la experiencia recogida que, como seres sociales que somos, la presencialidad, el contacto y relación interpersonal de proximidad, la importancia del lenguaje no verbal y, en definitiva, el tú a tú, difícilmente son sustituibles. Pero también es cierto que, en un contexto en el que fue necesario hacer una ruptura con la forma de relacionarnos conocida hasta el momento para garantizar la protección y salud de todas y todos, la iniciativa de tratar de seguir juntos a pesar de la necesaria distancia física fue bien acogida por todos los grupos de interés.

En un primer momento, personas usuarias y familias verbalizaron sentirse acompañadas durante el periodo de confinamiento, manifestaron tener una motivación esperando la actividad que se lanzaba a través de redes sociales, la recepción de los vídeo-montajes elaborados con los trabajos que previamente habían realizado o las conexiones con sus profesionales de referencia a través de videollamada o de llamada telefónica.

En un segundo momento, reactivada la actividad presencial en un escenario en el que el lema era y sigue siendo “juntos pero separados” llegó el momento de reinventar el día a día de las sesiones de trabajo, buscar estrategias y alternativas para socializar en un contexto en el que la seguridad y la prevención de la covid-19 siguen siendo prioritarios. Visitas agendadas, grupos de convivencia estables, entradas y salidas escalonadas, uso de mascarillas, higienización frecuente de manos, ventilación continua, espacios de descanso delimitados, etc. se convirtieron en la nueva normalidad de la Fundación, tradicionalmente de puertas abiertas.

Cuando le preguntamos a las personas usuarias que ha supuesto para ellas la mejora de su competencia digital nos han contado lo siguiente:

  • Pamela: “Puedo tener juegos para entretenerme en casa, investigar sobre cosas diferentes, buscar cosas sobre mi trabajo, estar informada, conectarme con mis compañeros”
  • Irene: “Puedo tener mis trabajos guardados en el mismo lugar, revisar mis trabajos, hablar con compañeros que ahora no puedo ver, seguir aprendiendo”
  • David: “Me resulta divertido y diferente trabajar y aprender así”
  • Daniel: “Aprendí a subir archivos, a buscar información, descubrí nuevas aplicaciones, también me gusta mucho la parte de escuchar música, hacer fotos y enviarlas a mis compañeros y poder jugar”
  • Paula: “Ahora manejo mejor la tablet, para hacer mis trabajos necesito mucha menos ayuda y eso me hace sentir bien, además puedo hablar con personas que ahora no puedo ver”

El equipo técnico encargado del diseño e implementación del proyecto apunta que con este nuevo planteamiento de trabajo, en el que se busca que las personas usuarias sean las protagonistas de su propia aventura y que los sitúa en el centro como agentes activos en la realización de las tareas permitiéndoles ir construyendo a cada uno su propio camino a través de una herramienta común, se observa una mayor participación y motivación, así como una mejora significativa en la autonomía.

  1. Conclusiones

A pesar de las inmensas ganas de recuperar la normalidad de siempre, las acciones realizadas como respuesta a una situación de pandemia global como la que estamos viviendo, la mejora del equipamiento tecnológico de la Fundación, la creación de un banco de recursos digitales de préstamo, disponer de un aula virtual, la utilización de contenidos interactivos o la realización de actividades virtuales entre los diferentes grupos de trabajo, nos permite concluir que:

  1. Aunque queda mucho camino por recorrer, se observa una reducción de la brecha digital de las personas con Síndrome de Down u otra discapacidad intelectual del Programa de Inclusión Social y Laboral de la Fundación Down Compostela.
  2. Se observa una mejora en el bienestar emocional de las personas usuarias del programa. Después de haber vivido la etapa de confinamiento domiciliario, en algunos casos la salud mental se ha visto afectada apareciendo alteraciones de sueño, labilidad emocional, sentimientos de soledad, miedo, etc. La vuelta progresiva a la presencialidad y la mayor autonomía tecnológica para la interacción con compañeros y profesionales ha permitido que consideren que pueden afrontar de forma más adaptativa las tensiones y actividades cotidianas en el contexto actual.
  3. El aprendizaje se produce de forma más natural, ya que está proyectado en los propios intereses de las personas destinatarias.
  4. Se ha producido una buena adaptación al nuevo contexto que deja entrever la capacidad de resiliencia por parte de las personas con síndrome de Down u otras discapacidades intelectuales.
  5. El contexto de pandemia ha supuesto la posibilidad de llevar a cabo en un año un trabajo de mejora tecnológica en sus diferentes dimensiones, que en otro contexto necesitaría de una ventana temporal mucho mayor.
  6. Los diferentes agentes implicados en el proyecto valoran positivamente el mismo.
  7. El ritmo de actualización, innovación y cambio continuo del mundo digital es un riesgo a tener en cuenta, ya que, en muchos casos, resulta complicado poder seguirlo.

A modo de cierre, queremos reafirmar la creencia de que la competencia tecnológica en el mundo actual es una herramienta importante en el proceso de inclusión social y, por tanto, continuaremos dedicando una parte de nuestro día a día a innovar, buscar respuestas y ofrecer alternativas para que las personas con las que trabajamos puedan seguir mejorando en este ámbito. Es mucho el camino recorrido y mucho aún el que queda por recorrer.

  1. Referencias

Contacto en la Entidad: Blanca Taboada PenideGerente

fundacion@downcompostela.org

blanca.taboada@downcompostela.org