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Preparando la Jubilación: el Programa Aura Vital

Gloria Canals es Fundadora y Presidenta de la Fundación Aura.

Roser Fernández es Doctora en Psicología. Neuropsicóloga, Fundación Aura, Barcelona.roser@aura.fundacio.org

Resumen

Debido al aumento de la esperanza de vida de las personas con discapacidad intelectual, y por tratarse de ser una etapa de la vida de estas personas en la que se plantean nuevas necesidades, es importante que se promueva el desarrollo de acciones y programas así como medidas de investigación en este campo, implicando a las personas mayores, para lograr una mayor calidad de los servicios y una mayor coordinación e implicación tanto de asesores como de investigadores.

El Programa Aura Vital es una respuesta a este nuevo reto, basada en el conocimiento alcanzado durante los años de estrecho seguimiento a lo largo de la etapa laboral de estas personas.

La jubilación: nueva etapa vital

Para cualquier persona la jubilación es una etapa vital que implica un cambio drástico en el día a día. Representa la interrupción de la actividad laboral remunerada y desarrollada durante gran parte de la vida.

Como en todos los cambios, se requiere un proceso de aceptación y adaptación a la nueva situación vital y ésta dependerá de las características personales de cada uno, como por ejemplo, la actitud y la capacidad de tener iniciativa e intereses para amortizar el tiempo libre así como el permanecer ocupado día a día. Lo que es común a todas las personas es que es fundamental mantenerse activo.

Actualmente, gracias al aumento de la esperanza de vida, cuando a una persona le llega la hora de la jubilación es todavía relativamente joven, tratándose pues de una etapa previa al proceso de envejecimiento. La mejora de las condiciones de vida, en todos los sentidos, lleva a que hoy en día la jubilación se vea de forma diferente a hace unos años, dado que representa el inicio de una segunda etapa vital a la que se le puede dotar de muchas posibilidades.

Sin embargo, no ocurre lo mismo para las personas con discapacidad intelectual, en concreto, para las personas con síndrome de Down, dado que el fin de su vida laboral coincide con el inicio de su proceso de envejecimiento, que es al final de la década de los 40 años. Además, el aumento de la longevidad en las personas con síndrome de Down, que ya llega a los 60-70 años, va acompañado de una mayor prevalencia de comorbilidad asociada al envejecimiento. Por ello, es importante descartar otros procesos como el hipotiroidismo, el síndrome de la apnea del sueño, alteraciones auditivas y/o visuales, la depresión, etc. La presencia de estos cuadros patológicos, si no están bien diagnosticados o tratados, pueden confundirse con un posible inicio de deterioro cognitivo ya que pueden aparecer trastornos conductuales y, como consecuencia, bajo rendimiento en el trabajo.

Para esta población, el empleo es fundamental en sus vidas puesto que les permite convertirse en una parte activa de la sociedad y sentirse útiles. Les estimula y ayuda a mantener las capacidades cognitivas, potencia, además, las relaciones sociales, promueve la autonomía y la responsabilidad y les mantiene activos. Sin embargo, el proceso de envejecimiento en las personas con síndrome de Down en situación laboral afecta a su día a día, ya que disminuyen el ritmo de trabajo y la capacidad de adaptación al cambio, aumenta el cansancio y las dificultades a la hora de mantener una actividad, pudiendo aparecer problemas de conducta así como cierta pérdida de autonomía, entre otros aspectos.

El envejecimiento en las personas con síndrome de Down

No cabe duda que envejecer es un proceso individual y muy particular para cada persona, pero también es un proceso social. En el caso de las personas con síndrome de Down, se produce un “doble envejecimiento”, ya que coincide el envejecimiento de la persona con discapacidad intelectual con el de sus padres, y ello influye de manera negativa en el rendimiento laboral, así como en otros aspectos de su vida en general. El proceso de envejecimiento, por tanto, no sólo afecta a quien va sumando años, sino también al contexto en el que convive, a las instituciones en las que desempeña sus actividades y a la propia sociedad en la que se siente ciudadano activo.

Por ello, la jubilación para estas personas, dadas las características particulares de su proceso de envejecimiento, empieza varios años antes que en la población general. El tema de la jubilación es uno de los aspectos que más nos preocupa dado que todavía no está bien resuelto a nivel legal y la realidad es que la mayoría de los participantes no podrán trabajar más allá de los 55 años. Es cierto que envejecen antes y por ello han de poder disfrutar del derecho a jubilarse de manera prematura, así como que ese proceso pueda ser de manera gradual, progresiva y flexible. Además, necesitaran seguir manteniéndose activos y por ello será necesario crear entornos favorables e inclusivos para garantizar una mayor calidad de vida.

A la vista de lo expuesto, pensamos que es necesario preparar con antelación esta nueva etapa diseñando programas de intervención específicos que respondan de manera adecuada a los intereses y capacidades de estas personas. La intervención debe ir dirigida a la estimulación de las habilidades cognitivas, apoyo psicológico y ayuda en la programación de una vida rica en actividades, además de facilitar que sigan disfrutando de las oportunidades que la vida les ofrece. Un buen modelo de intervención debe favorecer el mantenimiento de las capacidades y competencias personales y fomentar un mayor grado de autonomía y de calidad de vida, ofreciendo los apoyos necesarios para que esto sea posible.

Programa Aura Vital: una respuesta a las nuevas necesidades de las personas que han finalizado su etapa laboral

En Aura Fundación nos planteamos nuevas alternativas para atender adecuadamente a nuestros participantes, personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales, que en algún momento, por motivos de salud o a causa de un envejecimiento prematuro, pueden estar en situación de baja y/o de prejubilación o fin de su etapa laboral.

En el año 2012 nació el Programa Aura Vital con la finalidad de ofrecer una atención global y, a la vez, personalizada para optimizar el bienestar físico, social y mental de las personas que lo necesitan, es decir para aquellas personas con discapacidad (mayores o no) que dejan de estar en el mundo laboral.

Características del Programa

La importancia de este programa radica en fomentar una actitud activa y potenciar la autonomía a partir del diseño de un programa holístico. El principal objetivo es favorecer el desarrollo y mantenimiento de las capacidades y competencias personales, sociales, comunicativas y culturales. Incluye programas de estilo de vida saludable para prevenir los factores de riesgo vinculados a las enfermedades comúnmente asociadas al proceso de envejecimiento, programas de mejora cognitiva para promover y mantener la capacidad cognitiva, programas de autorregulación emocional e intervención psicológica para promover medidas encaminadas a fortalecer la capacidad de autorregulación y capacitación psicológica, programas de promoción del ocio, cultura y deporte para promover acciones de participación social haciendo uso de los recursos comunitarios que brinde la sociedad y programas de formación y provisión de recursos personales para garantizar un mayor autocuidado y apoyo necesarios.

El Programa Aura Vital ofrece una atención integral cuyo objetivo, en definitiva, es mantener a las personas activas y promover su calidad de vida, a través de multitud de actividades en consonancia con los modelos de envejecimiento activo y saludable.

Para todos es muy importante mantenerse activo, física y mentalmente, según las preferencias y salud de cada uno.  Por ello, Aura Vital ofrece un programa integrador que incluye varias áreas relacionadas con el bienestar físico, mental y socioemocional que desglosamos en:

1) área física, que incluye ejercicio físico y desarrollo de algún deporte una vez por semana en un club deportivo, así como otras competencias como ejercicios de relajación y respiración y hábitos alimenticios y nutricionales,

2) área cognitiva, en la que se trabajan las distintas funciones cognitivas a través de programas adecuados y talleres específicos,

3) área cultural, en la que participan en actividades y cursos de todo tipo, que tanto la comunidad como las asociaciones locales organizan;

4) área de vida doméstica o vida en el hogar, en la que una vez a la semana se desarrollan actividades tanto en el ámbito culinario como en el de limpieza y orden del hogar en el piso Aura hábitat y, por último,

5) área socio-emocional, que facilita que la persona desarrolle y/o mantenga las competencias necesarias para disfrutar del tiempo libre y participar en actividades lúdicas potenciando las relaciones interpersonales.

Cada área incluye distintas actividades que están pensadas para ayudar a mejorar las capacidades, adquirir nuevos conocimientos y/o mantener y potenciar las habilidades en los diferentes ámbitos de la vida, aprovechando al máximo los recursos que ofrece la comunidad con actividades relevantes respecto a su etapa vital. Así mismo, favorece las relaciones interpersonales y la posibilidad de compartir experiencias con personas que se encuentran en una situación parecida. De alguna manera, se garantiza el mantenimiento de la autonomía y de una vida activa plena una vez finalizada su vida laboral y, por otro, optimiza las competencias personales, sociales y mentales y previene el deterioro de estas personas que por razones de salud han interrumpido temporal o indefinidamente su actividad laboral.

La prevención del deterioro cognitivo, incluye no sólo su evaluación neuropsicológica, sino también la realización de toda una serie de actividades que procuran satisfacer de algún modo ciertas necesidades de tipo emocional, social e intelectual, por ejemplo, de este último, la ejercitación mental y el entrenamiento cognitivo con programas de estimulación cognitiva adecuados. Así mismo, el programa ofrece atención psicológica y seguimiento para ayudar a aprovechar los recursos propios del individuo, potenciando los aspectos positivos de cada persona. El seguimiento cuidadoso e intervención personalizada que se realiza proporciona buenos resultados y, sobre todo, favorece la calidad de vida de los participantes.

Atención personalizada

Para las personas que gozan de la etapa de jubilación, el proceso de envejecimiento supone un cambio biológico, cultural y psicológico al que tendrán que adaptarse emocional, cognitiva y socialmente con  los apoyos necesarios. Para eso, es necesaria una atención personalizada y/o ajustada a cada momento  para ayudar a aprovechar los recursos de cada persona y potenciar los aspectos positivos de cada uno. Por ello, el horario de cada participante es flexible y variado en función de las características y necesidades. La jubilación, igual que para la población general, puede ser una oportunidad para elegir por uno mismo, marcando el ritmo propio, y siendo libre para decidir qué quiere hacer, cómo quiere hacerlo y cuándo.

La atención personalizada que Aura Fundación ofrece a lo largo de todo el itinerario de la vida laboral de sus participantes debe poder garantizarse también en momentos más críticos. Por ello, el Programa Aura Vital representa una buena alternativa para dar respuesta a una nueva realidad que aparece en el colectivo de personas, debido a la falta de recursos y programas que el entorno ofrece para atender a las necesidades de esta población. Son necesarios los programas de transición a la jubilación orientados a planificar actividades centradas en la propia persona y que reduzcan el impacto negativo que puede suponer el cese de la actividad  laboral.

Conclusión

Debido al aumento de la esperanza de vida de las personas con discapacidad intelectual, y por tratarse de ser una etapa de la vida de estas personas en la que se plantean nuevas necesidades, es importante que se promueva el desarrollo de acciones y programas así como medidas de investigación en este campo, implicando a las personas mayores, para lograr una mayor calidad de los servicios y una mayor coordinación e implicación tanto de asesores como de investigadores.

El Programa Aura Vital es una respuesta a este nuevo reto, basada en el conocimiento alcanzado durante los años de estrecho seguimiento a lo largo de la etapa laboral de estas personas.

La realidad es que, en las personas con síndrome de Down, existe un envejecimiento prematuro así como una salud más frágil. Por otra parte, hay poca información y recursos para la etapa de prejubilación y jubilación. Derivado de todo ello, quedan muchas cuestiones por resolver todavía, como la edad de jubilación, el reconocimiento de la administración en cuanto a una prejubilación avanzada y su financiación, entre otros aspectos.

Existe, pues, mucho camino por recorrer todavía, sobre todo en lo que se refiere a la provisión de servicios, puesto que no hay servicios específicos ni apoyos adecuados a las necesidades de las personas mayores con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales.