Editorial

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Una visión plural

Damos la bienvenida a la época estival con un número más de nuestra publicación Síndrome de Down: Vida Adulta. Tomado en su conjunto, este número aborda dos etapas bien diferentes del ciclo vital del individuo. Por un lado, la etapa cuyo principal objetivo es formarse, capacitarse para una actividad laboral, madurar como persona, tomar decisiones vocacionales. Por otro, la etapa del envejecimiento, cada vez más presente en la realidad cotidiana.

Así, el artículo centrado en el Programa Focus nos presenta una interesante estructura formativa que le permite al alumno tomar ciertas decisiones vocacionales en función de sus intereses, preferencias y cualidades más sobresalientes. El programa incluye el Aula Smart Training, basada en el Modelo de Inteligencias Múltiples de Howard Gadrner; un modelo cuyas implicaciones prácticas son ciertamente interesantes en el ámbito de la educación de las personas con necesidades educativas específicas.

La experiencia presentada en la sección Buenas Prácticas plantea una fascinante alternativa vocacional para aquellas personas que muestren interés por el mundo de las artes y la cultura: Auxiliar Cultural. Apelando de nuevo a las múltiples inteligencias de cada individuo, este perfil profesional puede resultar sumamente interesante para personas con inteligencia espacial, intrapersonal y también interpersonal. Cabe destacar el carácter innovador de esta experiencia pionera que abre un nuevo entorno formativo y laboral para las personas con síndrome de Down con excelentes resultados.

Contamos con otros dos artículos que nos trasladan a otra etapa del ciclo vital bien distinta: la etapa de la vejez. Por un lado, presentamos un artículo centrado en las diferencias en el envejecimiento de adultos con síndrome de Down y su repercusión en aspectos como la conducta, la vida social, actividades y las necesidades de apoyos. Por otro lado, contamos con la dilatada experiencia de la Fundación Aura que plantea una propuesta de gran calado para la preparación de la jubilación de las personas con síndrome de Down: el programa Aura Vital.

Para finalizar, queremos poner en valor un hecho cada vez más recurrente. Las personas con síndrome de Down ya no son exclusivamente un colectivo sobre el cual indagar, estudiar, escribir, publicar, informar y formar… Ellos escriben, publican, informan y forman. Tomemos, pues, buena nota de su cada vez más activo papel en nuestra publicación; que no es sino un fiel reflejo de su cada vez más activo papel en la sociedad.

En esta ocasión, en la sección Mi Vida, contamos con un joven que ha escrito ya dos libros a partir de sus experiencias vitales. Se tratan de publicaciones sumamente ilustrativas y clarividentes del mundo vivencial de este joven. Asimismo, en la sección Publicaciones, entre otras novedades editoriales, nos hacemos eco de la obra poética de un hombre con síndrome de Down; se trata de una recopilación de poemas sobre sus sentimientos, sus miedos, sus inquietudes…

No es la primera vez que una persona con síndrome de Down escribe un libro; ya hemos presentado algunos otros en números anteriores. Y seguro que no será el último. Es nuestra responsabilidad estar pendientes de estas publicaciones, difundirlas, ponerlas en valor, darlas a conocer… Y es nuestra responsabilidad también reflexionar con serenidad, pero con decisión, sobre el trasfondo de esta cuestión: personas con síndrome de Down que escriben sobre sí mismas y sobre el mundo que les rodea. Con seguridad, es el inicio de algo importante. Estemos atentos a ello.