Testimonio de Vida

Miguel Torre: Poesías para el desarrollo emocional

La educación emocional y la gestión de las emociones son importantes para el desarrollo y crecimiento personal de todos y cada uno de nosotros y, en el caso de las personas con síndrome de Down, son fundamentales para mejorar su calidad de vida. El arte y la creatividad son canales estupendos para que expresen sus emociones y sentimientos, y para sus familias y los profesionales que trabajan con ellas son una gran fuente de información sobre su estado emocional.

Un buen ejemplo lo encontramos en Miguel Torre. Su pasión por las artes no tiene límites. Acude a clases de guitarra todas las semanas, canta en un coro de música moderna y forma parte del Taller de Teatro para adultos del Palacio de Festivales de Cantabria. Hace unos años empezó a escribir letras de canciones y, desde hace poco tiempo, también escribe poesías. “Una compañera del Centro Ocupacional escribe poesías y yo me animé. Escribo en mi cuarto y lo primero que elijo es el título. Lo que busco es que mis poemas hagan sentir algo a la gente”, comenta.

Su madre, Pepa, confiesa sentirse muy contenta con la faceta artística de Miguel y con lo que le aporta en su desarrollo vital. “La verdad es que no sé de dónde le ha salido esa vena de artista, pero le gusta la música, el teatro y ahora la poesía. Estoy muy contenta porque gracias a eso nunca se aburre, siempre está entretenido y tiene cosas que hacer”.

En algunos casos, las carencias o déficits relacionadas con el mundo emocional influyen mucho en la vida y en la felicidad de las personas con síndrome de Down, y tener un lado creativo les ayuda mucho. “La afición de Miguel por la escritura le sirve como herramienta para la comunicación emocional y para gestionar y reconducir sus emociones.  A través de sus poemas reconoce sus propias emociones, sentimientos, virtudes y defectos, y le sirven también para identificarlos en los otros. Además, ese lado literario le ayuda a afrontar y superar posibles problemas, situaciones e inquietudes. De esta manera, Miguel sigue formando y reafirmando su identidad, su autoestima, su seguridad en sí mismo y en el mundo que le rodea. Con sus poemas, también desarrolla su motivación, curiosidad, las ganas de aprender…”, explica su tutor, Germán Pérez

Los poemas de Miguel reflejan su mundo interior, sus reflexiones, vivencias y sentimientos sobre temas que le interesan y preocupan: la felicidad, el amor, la familia, la amistad, el dolor… “Me gusta leer los poemas que escribo y me gusta, sobre todo, leerlos para mí”, confiesa. Su madre cuenta que los recita “a la primera oportunidad que cualquiera le brinda”, que no tiene recelo en enseñárselos a los demás. “Le encanta enseñarlos o recitárselos a todo el mundo, se los aprende de memoria. Sus hermanas le escuchan pero no le toman muy en serio, aunque a veces se sorprenden mucho cuando le salen las cosas bien, y le aplauden y animan”.

No todas las personas con síndrome de Down tienen la capacidad para expresar lo que sienten o piensan sobre el papel, como es el caso de Miguel. Sin embargo, hay otros medios y técnicas de expresión plástica y artística para conseguirlo. ”El dibujo, el moldeado de arcilla o plastilina, la realización de un collage, la danza, etc. Quizá no se valoran lo suficiente, bien por desconocimiento o porque el análisis y comprensión es más complicado, pero no por ello hay que limitar estas otras formas de expresión. Es importante facilitar y proporcionar los apoyos necesarios para que las personas con síndrome de Down transmitan y compartan sus vivencias, sentimientos y reflexiones a través del vehículo creativo con el que se sientan más cómodos”.

Miguel tiene un sueño relacionado con su faceta literaria: que algún cantautor haga alguna canción con alguna de sus poesías.

Reportaje de Beatriz Grijuela
Reproducción autorizada de «Revista Síndrome de Down».