Editorial

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Editorial Nº30

Iniciamos la recta final del 2018 -¡tres meses le quedan al actual año!-, con la publicación del número 30 de Síndrome de Down: Vida Adulta. En febrero de 2009 vio la luz el primer número, impreso en papel, con una portada atractiva y diferente y cargado de ilusión. Desde entonces, año tras año, hemos sido fieles a los tres encuentros anuales con nuestros lectores (febrero, junio y octubre). Una década de compromiso, complicidad y rigor, solo posible gracias a las numerosas personas colaboradoras de la revista. Así pues, nuestro agradecimiento sincero a todos los autores que van dejando su huella en la revista.

En este número contamos una vez más con contenidos de enorme interés. Incluimos un estudio sobre los biomarcadores que permitan a corto plazo detectar la enfermedad de Alzheimer en el síndrome de Down. Se trata de encontrar algún rasgo biológico fácilmente detectable y asequible que, de manera complementaria a las pruebas psicológicas especializadas, resulte sensible en las fases iniciales de la enfermedad para así poder abordar con prontitud esta condición patológica asociada al síndrome de Down.

Asimismo, contamos con dos colaboraciones iberoamericanas. Por un lado, abordamos el difícil proceso de construcción de la identidad adulta para las persona con discapacidad intelectual en Chile. Por otro lado, analizamos de la mano de la Fundación FUSDAI los pilares y directrices básicas de la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual en Argentina.

Como experiencia práctica, podremos conocer la iniciativa llevada a cabo por la entidad Down Cáceres en el ámbito de la accesibilidad cognitiva; una interesante experiencia través de la cual las personas con discapacidad intelectual conocen su ciudad, su patrimonio cultural, artístico y monumental  y todo ello con la perspectiva de indagar nuevos perfiles profesionales vinculados al sector del turismo.

En la sección Entrevista con…, profundizamos de la mano de un reconocido experto en la materia la dimensión de la Relaciones Interpersonales de las personas con síndrome de Down en clave de logros y retos.

Finalmente, podremos conocer un poco más sobre los intereses artísticos de Miguel Torre, un joven cántabro con síndrome de Down para quien escribir poemas es una útil estrategia para canalizar sus emociones. ¡Gracias, campeón!, le escriben los alumnos de 4º de la ESO del IES Cantabria tras escucharle impartir una charla sobre la inclusión hace unos meses.

Y ciertamente, el apelativo de campeón no puede ser más acertado en los miles de “Migueles, Nurias, Patricias, Raqueles, etc.” con síndrome de Down de nuestra sociedad. Según la Real Academia Española, una de las acepciones del término campeón es justamente “persona que defiende esforzadamente una causa o doctrina”.

Desde su estreno en abril de 2018, estamos asistiendo a un fenómeno cinematográfico sin precedentes. Nos referimos a la película Campeones del director Javier Fesser, con más de 3 millones de espectadores y con la distinción de haber sido seleccionada por la Academia de Cine para representar a España en los próximos Premios Oscar.

Más allá de su impacto mediático, la película plantea muy acertadamente algo que ya hemos abordado anteriormente desde un punto de vista técnico: la hipótesis del contacto. Quien tiene la oportunidad de conocer, interactuar y compartir con personas con discapacidad intelectual, tiene la oportunidad de revisar sus prejuicios, conectar con las personas al margen de su nivel intelectual, y, en consecuencia, crecer como persona.

Si ya han visto el largometraje, ya saben a qué nos referimos; si no la han visto aún, véanla en familia. Y, si es posible, véanla rodeados de personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales, porque disfrutarán aun más de esta película.